dimecres, 11 de juliol del 2012

¿CRISIS?¿QUÉ CRISIS?


Es curioso como hasta los ciudadanos más pacíficos nos vamos radicalizando al realizar una lectura crítica de la situación actual del Estado español.

Nos han hecho creer que estamos en una situación crítica, y bajo esta bandera se nos corresponsabiliza y se nos culpabiliza de una sitación calculada y provocada con premeditación y alevosía desde hace ya mucho tiempo. ¿Si no, por qué otro motivo se penalizarían nuestros derechos y nuestra economía?

No alcanzo a comprender el por qué unas medidas de ajuste desproporionadas e injustas han de salpicar a justos por pecadores.

La banca ha descapitalizado al país y entre todos hemos de rescatarla ¿Y quién rescata a aquellos que la usura bancaria ha llevado a la quiebra o al deshaucio?

Los poderes públicos han malversado fondos y han realizado inversiones nefastas fruto de caprichos partidistas y en muchos casos buscando el provecho personal; y no hay el más mínimo atisvo de depuración de responsabilidades y de devolución de lo “estafado”, a costa de sus patrimonios si es preciso. No, se repercute el despropósito en el ciudadano de a pie bajándo sueldos, subiéndo impuestos directos e indirectos, recortando sus derechos sociales. Qué parecen medidas diferentes ¿verdad? Pués no, es la misma varias veces: disminución salvaje del poder adquisitivo. Y se nos pasa la minuta correspondiente junto con medidas como la amnistía fiscal; es obsceno e inmoral.

Se alardea de la valentía de los gobiernos que aplican diligentes medidas para cortar la hemorragia económica sin sopesar la gran cobardia que supone sangrar a los más indefensos. ¿Por qué me recuerda tanto al sistema feudal?

Cuando cualquier ciudadano comete una imprudencia de tráfico, un pequeño desliz o error con hacienda o con la administración local, cuando alguien descuida pagar la luz o el agua, se le sanciona, se le multa o se le corta el suministro. En ningún caso se le piden responsabilidades políticas o se le permite marcharse de rositas. ¿Por qué, entonces, aquellos que nos han metido en estos fregados parecen tener patente de corso?

No, señores, no nos dejemos engañar. El dinero está, el problema es que está donde no debe. Solución, la hay; pero falta la honestidad y la valentía necesaria para ponerle el cascabel al gato. Es más facil sangrar al plebeyo que pedir al señor feudal que cumpla con su responsabilidad de caballero y proteja al pueblo.
¡Y yo que había estudiado que la edad media eran tiempos pretéritos!

¡Claro que saldremos de ésta! Somos gentes acostumbradas a rehacernos de las derrotas y a navegar en las tormentas; lo triste es que podríamos conseguir lo mismo sin ser siempre los mismos quienes hayamos de sufrir todas las consecuencias. Claro que mientras quien haga la ley... nos seguirán vendiendo la misma moto; y mientras se siga permitiendo la especulación económica, ya sea orquestada desde fuera o predicada desde dentro, el futuro de muchas familias se seguira tiñendo de sacrificio y esfuerzo.

¿Tal vez debería firmar: Robin Hood? Mejor no, siempre podría aparecer algún Sheriff de Nottingham que podría tomarme por forajido.

Paco Morales