Es curioso como hasta los ciudadanos más
pacíficos nos vamos radicalizando al realizar una lectura crítica de la
situación actual del Estado español.
Nos han hecho creer que estamos en una
situación crítica, y bajo esta bandera se nos corresponsabiliza y se nos
culpabiliza de una sitación calculada y provocada con premeditación y alevosía
desde hace ya mucho tiempo. ¿Si no, por qué otro motivo se penalizarían
nuestros derechos y nuestra economía?
No alcanzo a comprender el por qué unas
medidas de ajuste desproporionadas e injustas han de salpicar a justos por
pecadores.
La banca ha descapitalizado al país y entre
todos hemos de rescatarla ¿Y quién rescata a aquellos que la usura bancaria ha
llevado a la quiebra o al deshaucio?
Los poderes públicos han malversado fondos y
han realizado inversiones nefastas fruto de caprichos partidistas y en muchos
casos buscando el provecho personal; y no hay el más mínimo atisvo de
depuración de responsabilidades y de devolución de lo “estafado”, a costa de
sus patrimonios si es preciso. No, se repercute el despropósito en el ciudadano
de a pie bajándo sueldos, subiéndo impuestos directos e indirectos, recortando
sus derechos sociales. Qué parecen medidas diferentes ¿verdad? Pués no, es la
misma varias veces: disminución salvaje del poder adquisitivo. Y se nos pasa la
minuta correspondiente junto con medidas como la amnistía fiscal; es obsceno e
inmoral.
Se alardea de la valentía de los gobiernos que
aplican diligentes medidas para cortar la hemorragia económica sin sopesar la
gran cobardia que supone sangrar a los más indefensos. ¿Por qué me recuerda
tanto al sistema feudal?
Cuando cualquier ciudadano comete una
imprudencia de tráfico, un pequeño desliz o error con hacienda o con la
administración local, cuando alguien descuida pagar la luz o el agua, se le
sanciona, se le multa o se le corta el suministro. En ningún caso se le piden
responsabilidades políticas o se le permite marcharse de rositas. ¿Por qué,
entonces, aquellos que nos han metido en estos fregados parecen tener patente
de corso?
No, señores, no nos dejemos engañar. El dinero
está, el problema es que está donde no debe. Solución, la hay; pero falta la
honestidad y la valentía necesaria para ponerle el cascabel al gato. Es más
facil sangrar al plebeyo que pedir al señor feudal que cumpla con su
responsabilidad de caballero y proteja al pueblo.
¡Y yo que había estudiado que la edad media
eran tiempos pretéritos!
¡Claro que saldremos de ésta! Somos gentes
acostumbradas a rehacernos de las derrotas y a navegar en las tormentas; lo
triste es que podríamos conseguir lo mismo sin ser siempre los mismos quienes
hayamos de sufrir todas las consecuencias. Claro que mientras quien haga la
ley... nos seguirán vendiendo la misma moto; y mientras se siga permitiendo la
especulación económica, ya sea orquestada desde fuera o predicada desde dentro,
el futuro de muchas familias se seguira tiñendo de sacrificio y esfuerzo.
¿Tal vez debería firmar: Robin Hood? Mejor no,
siempre podría aparecer algún Sheriff de
Nottingham que podría tomarme por forajido.
Paco Morales